Impacto Social: Maria Andrejczyk subasta su medalla olímpica para costear la cirugía cardíaca de un niño

El 6 de agosto, la lanzadora de jabalina Maria Andrejczyk acaparó todas las miradas. Con un lanzamiento de 64,61 metros, la atleta polaca ganó la plata en los Juegos Olímpicos de Tokio. Tras su medalla se esconde una historia de superación que vale su peso en oro (te la contaremos al final de estas líneas). Pero su hazaña fue aún mayor después, al regresar a casa, cuando la atleta decidió renunciar al símbolo de uno de sus mayores logros deportivos por una causa absolutamente increíble: salvar la vida de un niño.
Una subasta solidaria con doble final feliz:
Miloszek Malysa nació hace 8 meses con problemas cardíacos graves. Sufre lo que se conoce como conexión venosa pulmonar anómala total (CVPAT), un defecto de nacimiento por el cual las venas que traen la sangre de vuelta de los pulmones no se conectan con la aurícula izquierda de forma normal. Miłosz necesita de cirugía para sobrevivir. Y ningún sistema de salud le ofrece la operación que necesita de forma gratuita.
Después de haber sido rechazada por varios hospitales europeos, la familia del pequeño Miłosz ha puesto sus esperanzas en el Centro Médico de la Universidad de Stanford en los EEUU. En esa institución están dispuestos a operar al niño, pero el coste del viaje y de la operación asciende a 385.000 dólares. Ahí es donde entra en juego la generosidad de Andrejczyk.
Al enterarse de que la familia de Miloszek había organizado una recaudación de fondos en línea para sugrafar la cirugía de su hijo, la atleta se dirigió a Facebook para anunciar que subastaría su medalla de plata olímpica para recaudar fondos para la causa.
“Miłoszek tiene un defecto cardíaco grave, necesita una operación”, anunció la atleta en sus redes sociales la semana pasada. “Ya ha recibido un primer empujón de Kubus, un niño para quien la cirugía no llegó a tiempo, y cuyos increíbles padres decidieron pasar los fondos que habían recaudado a Miłosz. Yo también quiero ayudar”.
Después de haber sido rechazada por varios hospitales europeos, la familia del pequeño Miłosz ha puesto sus esperanzas en el Centro Médico de la Universidad de Stanford en los EEUU. En esa institución están dispuestos a operar al niño, pero el coste del viaje y de la operación asciende a 385.000 dólares. Ahí es donde entra en juego la generosidad de Andrejczyk.
Al enterarse de que la familia de Miloszek había organizado una recaudación de fondos en línea para sugrafar la cirugía de su hijo, la atleta se dirigió a Facebook para anunciar que subastaría su medalla de plata olímpica para recaudar fondos para la causa.
“Miłoszek tiene un defecto cardíaco grave, necesita una operación”, anunció la atleta en sus redes sociales la semana pasada. “Ya ha recibido un primer empujón de Kubus, un niño para quien la cirugía no llegó a tiempo, y cuyos increíbles padres decidieron pasar los fondos que habían recaudado a Miłosz. Yo también quiero ayudar”.