> El 8 de octubre se celebró el I Congreso de Redes de Climatización Urbanas, organizado por la Asociación de Empresas de Redes de Calor y Frío (Adhac) que reunió a administraciones, expertos y empresas para debatir sobre el papel de estas infraestructuras en la transición energética. El encuentro marcó un hito para un sector que, aunque aún incipiente en España, avanza con paso firme hacia la descarbonización del calor y el frío urbano.

La presidenta de ADHAC, Janis Rey, inauguró el encuentro subrayando que nos encontramos en “un momento energético clave”, marcado por la emergencia climática y la necesidad de acelerar la transformación de las ciudades. “La emergencia climática es una realidad que exige soluciones concretas, sostenibles y escalables, capaces de transformar la forma en que nos relacionamos con la energía”, señaló.

En su intervención, defendió que las redes urbanas de climatización “han demostrado ser una solución eficaz para mejorar la eficiencia energética, reducir las emisiones de CO₂ y avanzar en la descarbonización del sector de la edificación y el entorno urbano”. Pero su valor, añadió, “va más allá del impacto ambiental: también tiene un efecto directo en la salud, en la accesibilidad y en el confort térmico de los usuarios”.

La presidenta destacó que las redes de calor y frío “nos ayudan a replantear el modo en que producimos y consumimos energía”, alejándonos de un modelo fragmentado —donde cada edificio busca su propia solución térmica— para dar paso a un sistema compartido, integrado y, por tanto, más eficiente y asequible. “Hablamos de una energía que se produce y se consume con mayor sentido y responsabilidad, que nos permite pasar de la individualidad energética a la inteligencia urbana”, afirmó.

Esa “inteligencia urbana”, explicó, se potencia con la incorporación de nuevas tecnologías que están transformando el sector: redes de quinta generación capaces de conectar en tiempo real la demanda y la producción, sistemas que aprovechan el calor del subsuelo o el frío del mar como fuentes limpias y constantes de energía. “Son redes que utilizan los recursos locales existentes y que están llamadas a dar respuesta a las crecientes necesidades energéticas de las ciudades”, subrayó.

La presidenta afirmó que este primer congreso nace precisamente con esa vocación: impulsar las redes de calor y frío urbanas y generar un espacio de diálogo entre administraciones públicas, empresas, mundo académico y sociedad civil. “Queremos sumar esfuerzos ante los grandes retos a los que nos enfrentamos, impulsando el desarrollo de estas infraestructuras fundamentales para la transición energética y la lucha contra el cambio climático”, dijo.

El encuentro sirvió también para presentar el Censo de Redes de Calor y Frío 2025, elaborado con la colaboración de todo el sector, que permitirá “medir el avance de estas infraestructuras y detectar oportunidades para cumplir los objetivos del PNIEC”. La presidenta destacó además la importancia de la colaboración público-privada: “Ninguna transición energética será posible sin una alianza estratégica entre administraciones, empresas, profesionales del urbanismo y ciudadanía”.

La presidenta concluyó su intervención apelando al compromiso colectivo: “El reto es grande, pero contamos con la experiencia, la tecnología y el compromiso necesarios para construir juntos ciudades que sean ejemplo de sostenibilidad, bienestar y progreso compartido”.

> Regulación, planificación y experiencias locales:

Tras la inauguración, la primera mesa redonda, moderada por Jacobo Llerena, subdirector general de Eficiencia Energética del MITECO, abordó cómo la regulación y las políticas públicas pueden acelerar el despliegue de las redes urbanas. Participaron Mario Rodríguez (ECODES), Pablo García (BDO) y Dolores Huerta (GBCe), quienes coincidieron en la necesidad de un marco normativo más claro, una planificación urbana orientada a la eficiencia y una estrategia nacional que reconozca a las redes de climatización como infraestructuras esenciales de la transición energética.

En una segunda sesión se expusieron las experiencias de tres municipios pioneros —Ávila, Aranda de Duero y Vitoria— que han apostado por las redes de climatización urbana para reducir su huella de carbono. Desde el uso de biomasa local hasta la recuperación de calor industrial o la integración de renovables, estos ejemplos demostraron que las redes pueden adaptarse a distintos contextos y necesidades.

Durante esta sesión se destacó la colaboración entre distintas instituciones como la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Se puso sobre la mesa la complejidad de estos proyectos urbanos y la necesidad de ayudas a fondo perdido para su viabilidad, particularmente en el contexto de los fondos Next Generation.

Específicamente, el representante del IDAE, Lope del Amo anunció la preparación de una segunda convocatoria de ayudas para redes de calor y frío renovables, tras el éxito de la primera.

Entre las principales novedades, explicó que se está estudiando flexibilizar las condiciones técnicas para permitir que las nuevas redes renovables puedan convivir con equipos de gas natural existentes, siempre que la red principal cumpla los criterios de sostenibilidad. “Sabemos que hay proyectos con esta realidad híbrida, y queremos darles cabida”, señaló.

Asimismo, adelantó que las energías residuales —procedentes de procesos industriales, infraestructuras urbanas o fuentes geotérmicas y marinas— podrán incorporarse como recurso elegible en esta nueva línea de apoyo.

El representante del IDAE subrayó que estas medidas buscan facilitar la viabilidad técnica y económica de los proyectos, ampliar el abanico de fuentes de energía renovable aprovechables y, sobre todo, estimular la puesta en marcha de nuevas redes en todo el territorio. “Espero que esta convocatoria saque a la luz muchos proyectos”, afirmó.

Además de las subvenciones directas, Lope del Amo recordó que Idae dispone de un departamento de inversiones propio que puede participar como entidad colaboradora en proyectos concretos, incluyendo redes de calor con renovables. Invitó a las administraciones locales y promotores interesados a contactar con el IDAE para explorar vías de financiación conjunta, tanto mediante convocatorias públicas como a través de instrumentos de inversión directa. “Nuestra aportación financiera a estos proyectos es esencial y queremos reforzarla”, concluyó.


 
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