En La Academia Checa de Ciencias, un grupo de investigadores recurrió a los metales alcalinos para convertir el agua pura en agua metálica.
El agua pura que se encuentra en la naturaleza conduce la electricidad. Esto se debe en realidad a las impurezas que contiene, las cuales se disuelven en iones libres que permiten que fluya la corriente eléctrica.
La realidad es que el agua pura sólo se vuelve “metálica” (es decir, con la capacidad de conducir la electricidad) a presiones extremadamente altas. Cuando se pone en contacto el agua pura con un metal alcalino que comparte electrones (como puede ser una aleación de sodio y potasio) se pueden añadir partículas cargadas que se mueven libremente, lo que convierte el agua en metálica.
En la teoría, casi cualquier material puede convertirse en metálico: la única condición es que se le someta a presiones exhorbitantes, como las que hay en los núcleos de planetas gigantes como Neptuno o Urano
La función de los metales alcalinos
Un equipo de investigadores dirigido por el químico orgánico Pavel Jungwirth, de la Academia Checa de Ciencias, recurrió a los metales alcalinos para convertir el agua pura en agua metálica.
Estas sustancias liberan sus electrones externos con facilidad, lo que significa que podrían inducir las propiedades de intercambio de electrones del agua pura altamente presurizada sin las altas presiones. Materiales como el sodio u otros materiales alcalinos, arden casi instantáneamente cuando se les arroja en agua.
Pensando en evitar cualquier peligro, los científicos cambiaron el enfoque; es decir, no agregaron el material alcalino al agua, sino que lo hicieron al revés.
Dentro de una cámara de vacío, colocaron una gota de agua en una aleación de sodio y potasio, que es líquida a temperatura ambiente. Así es como se puede ver a simple vista cómo el agua adquiere una tonalidad brillosa dorada, lo cual indica que se está convirtiendo en metálica.
Os dejamos el video para que lo podais ver.